Primero fue Gonzalo Ramírez, una pérdida sensible para el PLD en la Circunscripción 2 de Santo Domingo Este, de una militancia poderosa y aguerrida para ahora presenciar la ida de Carlos Martínez, seguidor fiel de doña Cristina Lizardo y varias veces aspirante a regidor sin poder pasar… otras salidas no fueron tan contundentes como la del ex-regidor Pichardo.
La partida de Carlos es muy cruda y no comparable con otras por su cercanía a quien es seguro la «jefa» del PLD en el municipio y posiblemente nunca sabremos si pudo pasar algo por encima de lo creído.
Luego de Carlos puede llegar la avalancha; se habla de regidores (con s), de diputados (con s otra vez), toda vez que el PLD en Santo Domingo Este se encargó de cercenar el paso a los que conectaban las bases como Elso, Alfredo Martínez, Cabrera, dando señales de que no les interesa ese liderazgo pero con la incapacidad de sustituirlo, dejando la militancia huérfana y sin interlocutores.
EL PLD en Santo Domingo Este se autodestruye visualizando incluso diputados coqueteando con el poder opositor y otros, en mutis real como si estuvieran esperando acontecimientos o quién sabe si algún mesías, pero en realidad, esperan por ellos mismos porque con el liderazgo del Comité Político al menos en el municipio, nada cambiará.
Con la falta real de figuras conocidas en la Fuerza del Pueblo del municipio y este partido organizándose no seria noticia la llegada del fuerte torrente de buenos militantes y dirigentes que durante años se mantuvieron fieles cuasi humillados ante el poder central que no les permitía renovarse, ni elecciones internas, que dio todos los codazos posibles y cercenó tantos buenos aspirantes a cargos electivos. La corrida a la Fuerza estaria guiada no precisamente por seguir a Leonel sino porque donde están, piensan, ya no hay futuro.
El PLD en Santo Domingo Este tuvo una última oportunidad de sobrevivir, de repuntar, pero la avasallante visita de su secretario general convenció a muchos que la suerte está trazada y no quieren asistir a velorio alguno, preferirán incluirse en la bola de nieve que Carlos Martínez comenzó en esta segura segunda etapa y definitiva de deterioro partidista.